THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

martes, 22 de julio de 2014

Un mundo de sordos, ciegos, mancos, tartamudos, mutilados




El dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos. 
C. S. Lewis

Yo tenía razón. Sólo que eso no significa nada. Wislawa Szymborska
En ocasiones me despierto en la mañana con sentencias que no sé de dónde me vienen. Quizás del otro lado. Aunque no sé si al otro lado hay alguien. Ni cómo es ese alguien, si es que existe. Ni siquiera sé si esto que llaman realidad va más allá de un matrix descomunal con el que una mano oculta juega. Últimamente lo que me apega al suelo es mi cuerpo. Única isla de la que me fío. En la que creo y desde la que creo. Toda la vida dándole la patria potestad de la conciencia, de la moral y de la guía a la razón y ahora, ya lo advirtió Casandra en el poema de Szymborska, nos damos cuenta de que no importa. ¿Qué importa que tengamos razón si el dolor nos enloquece? ¿Qué dosis de dolor estamos dispuestos a tragar para empezar a digerir la vida? ¿Cuántas lágrimas han de verter las mujeres de esta tierra para que los ríos secos de la incomprensión y el odio regresen a sus cauces de compasión y vida?
Así que me despierto en la mañana con una certeza que no sé de dónde procede: están pagando una deuda de carga infinita y no saben cómo parar. Si el alarido de sufrimiento de las víctimas es insoportable, el hedor que emite la sangre de los cuerpos que lanzan las balas y dejan caer las bombas, es igualmente insoportable. ¿Quién empezó primero? ¿Quién hizo más daño a quién? Porque tú, porque yo. Porque, porque, porque. La razón de nuevo nublando la compasión. Mientras, seguimos contaminando el presente para que no haya paz en el futuro. Terrible.
Soy creyente. Creo en la vida. Creo que las guerras, los genocidios y las torturas organizadas pueden desaparecer. Quizás no soy tan optimista en cuanto a las miserias cotidianas del ser humano. Pero sí, como comunidad de la tierra siento que podemos transformarnos. Sin embargo, mientras sigamos transmitiendo este ensordecedor dolor a nuestros hijos y nuestras hijas, los sordos seguirán poblando la tierra. Tierra cuyo cansancio está a punto de darnos una gran bofetada.
Quizás la pregunta sea: ¿sabremos vivir sin sufrimiento como especie?
Pero no me hagáis mucho caso, haceos caso a vosotr@s mism@s, una servidora solo es una sorda más que a veces se encuentra un pétalo solitario en el suelo del subway y se atreve a respirar. ¿O es suspirar?

(*) Foto de Gertrudis Losada

2 comentarios:

ilsetowanda dijo...

descubriendo tu blog por serendipia,d pepa a pertejo a eva hibernia,fui a parar aqui,y encantada q estoy
saludos de una interprete d lengua de signos :)

Laura Freijo Justo dijo...

Qué bueno! Bienvenida y bienhallada, espero que disfrutes con mis escritos! Un saludo afectuoso!